miércoles, 2 de mayo de 2012

Mi Oración por ti


Mi oración por ustedes…
Oro que tengan la imaginación para soñar conforme al corazón de Dios; y que no se impongan límites, sino que simplemente se estiren y enciendan el fuego;
Oro que tengan la fortaleza y la voluntad para saber que pueden tornarse realidad; si pueden verlo, sentirlo y saberlo, entonces, sí, pueden ser ustedes;
Y oro con todas mis fuerzas que tengan el valor de pararse firmes y tomar los pasos que necesitan tomar para ser todo lo que pueden llegar a ser;
Porque esta vida es tan efímera, demasiado corta como para no tomar riesgos; estirarnos y alcanzar aquella brillante estrella porque no hay límites;En todos y cada uno de nosotros hay una pequeña chispa; háganla brillar y que muestre el camino cuando todo lo demás parezca oscuro, porque el que te alumbra es Dios.......
Ustedes saben que pueden, así que háganlo, pongan esa acción en marcha y diríjanse hacia donde quieran estar, solo sepan que no hay nada que temer…Esta oración expresa un profundo interés de cada uno de nosotros para que alcance a desarrollarse a su máximo potencial. Una vez oí decir a uno de mis antiguos profesores que no había nada más triste que el potencial desperdiciado en una persona. La verdad es que Dios nos ha dado tanta capacidad con la que podemos bendecir a quienes nos rodean, que es una verdadera lástima que no logremos hacerlo con propiedad. Ojalá que podamos sumarnos a esa oración y esforzarnos en ser usados por Dios para bendición. Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.
Y ahora, Dios y Señor nuestro, escucha las oraciones y súplicas de este siervo tuyo. Haz honor a tu nombre y mira con amor a tu santuario, que ha quedado desolado. (Daniel 9:17.)
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42.)

 

lunes, 30 de abril de 2012

Hugo Chávez dice 'Pacto con Jesús' sanará su cáncer

El presidente venezolano, Hugo Chávez, quien fue diagnosticado con cáncer en junio pasado, ha manifestado  que  cree que ha hecho un pacto con Jesucristo y que él lo sanaría de su condición.
Mientras que el tipo específico de cáncer de Chávez es desconocido, el líder de Venezuela ha estado recibiendo terapia de radiación en Cuba, La Habana, y dejó en claro que confía en Jesús para protegerlo durante el proceso.
“Es como un pacto con Cristo, quien no murió, se levantó de nuevo. Sin duda va a intervenir para hacer de este tratamiento que estoy siguiendo rigurosamente un éxito supremo… y así puedo seguir redoblando mis esfuerzos mirando hacia el futuro”,expresó Chavez.
“Para aquellos que alimentan los rumores y tienen malas intenciones hacia mí, yo los perdono, pero tengo mucha fe en este duro trabajo que estamos haciendo frente a la enfermedad que me tendio una emboscada el año pasado y tengo una gran fe en Cristo… para seguir viviendo más y más cada día”, continuó Chávez, mientras sostenía un crucifijo.
cuando un corazon se arrepiente Dios perdona. Veamos sus frutos...y que Dios lo bendiga...

Señor, ¿qué quieres que yo haga?


Rev. José Arturo Soto Benavides
Cuando Cristo se reveló a Saulo, éste le abrió su corazón e hizo una pregunta que cambiaría para siempre su existencia: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Aquella alma salvada tenía un objeto y un propósito inherentes, e inmediatamente se puso a la disposición de su Salvador.
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”, Hechos 9:3-6.

La conversión de Saulo de Tarso marcó una etapa importante y crucial en la historia de la Iglesia, y asimismo fue la bisagra que abrió la puerta a una visión más amplia del propósito de Dios dentro de su Obra. El enemigo había estado atacando dura y violentamente a la Iglesia recién nacida, por cuanto sabía que mientras hubiese un pueblo alcanzado por la redención, éste sería un ejército poderoso que lo vencería.

I. DE PERSEGUIDOR A SIERVO DE JESUCRISTO

Convencido de que hacía lo correcto, y porque sentía que el judaísmo era amenazado por el cristianismo, Saulo perseguía a los cristianos sin misericordia con la meta de extirpar de ellos la fe en Jesucristo. “Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel”, Hechos 8:3. Definitivamente, Saulo ignoraba que él era una marioneta en las manos del diablo, y que éste estaba usando su fanatismo religioso para perpetrar sus ataques contra la Iglesia de Cristo.

Sin embargo, desde que Saulo presenció la muerte de Esteban, el primer mártir de la iglesia, en su conciencia se había quedado grabada la imagen de aquel varón arrodillado, pidiéndole a Dios que no tomase en cuenta el pecado de aquellos que lo mataron injustamente (Hechos 7:60). A pesar de su oposición abierta contra el cristianismo, Saulo había sido traspasado por el Evangelio que Esteban predicó el día de su muerte, y la Palabra que sembró aquel hombre de Dios estaba dando resultado. En efecto, desde que el Evangelio fue sembrado en su corazón, Saulo se sentía aguijoneado por las dudas, y luchaba contra ellas; mas su alma estaba al descubierto ante los ojos de Dios, y por lo tanto, Cristo le dijo: “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:5).

Dios estaba esperando, pues, el momento oportuno para cruzarse en el camino de Saulo. Y ese momento llegó cuando éste se estaba dirigiendo a Damasco, con la intención de atacar y arrestar a los cristianos refugiados allí. Cuando Cristo se reveló a Saulo, éste le abrió su corazón e hizo una pregunta que cambiaría para siempre su existencia: “¿Qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). Aquella alma salvada tenía un objeto y un propósito inherentes, e inmediatamente se puso a la disposición de su Salvador.

II. LOS RETOS Y LOS SUFRIMIENTOS DE LA VIDA DE SERVICIO

“Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”, Hechos 9:6. Después de levantarse, Saulo se percató de que se había quedado ciego; mas siguiendo las directrices de Dios, entró en Damasco y esperó allí hasta que el Señor le dijera lo que tenía que hacer. Así lo hizo, y estuvo tres días en ayuno esperando la respuesta a su pregunta.

Mientras tanto, Dios le dio una visión a otro discípulo llamado Ananías, y le ordenó que fuese a orar por Saulo de Tarso. Por supuesto, Ananías sabía quién era Saulo y cuáles eran sus primeras intenciones al llegar a Damasco, mas aquel hombre de fe no vaciló en su obediencia, aun sabiendo que con ello exponía su vida, en términos racionales y humanos, por ende, Ananías no era conocido por los hombres. Eso sí, aunque quizá los hombres ignoraban su existencia, Dios lo conocía y lo convirtió en el instrumento que entregaría su mensaje al ex perseguidor de la Iglesia.

Dios le reveló a aquel discípulo humilde cuál sería el ministerio de Pablo. “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre”, Hechos 9:15-16. También Ananías tuvo el privilegio de imponer sus manos sobre Pablo para que éste recibiera la vista y fuera lleno del Espíritu Santo (Hechos 9:17).

Las palabras que Dios le dijo a Ananías sobre Saulo denotan cuán alta calidad de servicio Dios exige por parte de sus instrumentos. Y ciertamente, el servicio a Dios nunca es sencillo, simple ni tampoco fácil. En su llamado al servicio, Dios involucró todas las áreas de la vida de Pablo, el sufrimiento inclusive. Quizá sonaba pomposo e importante de predicar ante los reyes y los emperadores de aquel tiempo, mas aquella misión se llevó a cabo; el precio pagado fue: cadenas, prisiones, castigos, torturas y hasta la muerte por decapitación.

Cuando Jesús llegó a Betania, María se preguntaba qué podría ofrecerle al Señor, por cuanto su hermana Marta le había regalado con sus mejores manjares. No obstante, ella se acordó de repente que también tenía algo valioso que ofrecerle a Cristo: un vaso de alabastro que contenía un perfume de nardo puro muy costoso que servía de dote a las novias. En un servicio de consagración a Dios, María renunció a su dote (e incluso a la posibilidad de casarse), y rompió aquel frasco para derramarlo a los pies del Maestro; entonces la casa entera fue llena de la exquisita fragancia. Esto significa que en nuestras vidas siempre hay algo, algún talento, que vale la pena poner en las manos de Dios para bendición de otros.

El Señor está contando con nosotros para que le sirvamos, pero todo depende de nuestra disposición parar hacerlo. No podemos, pues, defraudar el propósito para el cual hemos sido perdonados.

III. LLAMADOS Y CAPACITADOS PARA EL SERVICIO

Dios siempre llamó a personas para capacitarlas con el fin de que llevasen a cabo sus planes. Nuestro amado Salvador escogió a doce apóstoles para que le rodearan y fueran su elite principal; mas aun así, tres de los discípulos eran más cercanos a Él, y de los tres Juan fue el que más intimó con Jesucristo.

Ninguno de los apóstoles escribió como Juan acerca del Maestro. A diferencia de los demás Evangelios, Juan inicia su Evangelio con una estremecedora profesión de su fe en su divinidad. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y la tinieblas no prevalecieron contra ella”, Juan 1:1-5.

La parábola de los talentos es portadora de un mensaje poderoso (Mateo 25:14-30). El Señor repartió talentos a varios de sus siervos según la capacidad de cada uno; mas al último solamente le entregó un talento para que éste lo hiciera fructificar. El error de aquel hombre consistió en pensar que al no haber recibido una mayor cantidad de talentos, podía arrogarse el derecho de no hacer nada. Sin embargo, nadie en el Reino de los Cielos tiene ese derecho. No hay una posición neutra que podamos adoptar: el que había recibido un talento podía haberlo duplicado. Un talento era la más alta medida que se usaba para el oro, la plata y los metales preciosos, y un talento, de por sí, era muy valioso; mas aquel perezoso no lo quiso entender, y dejó morir el talento al enterrarlo… ¿Dejará usted también morir su talento al enterrarlo y no dejarlo fructificar?

Dios ha llamado y dotado con un poder especial a sus santos: “Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí”, Colosenses 1:27-29. La dinámica de este ministerio no radica en el grado académico, en la madera regular de la que estamos hechos, ni tampoco los alcances económicos, sino el poder de Dios moviéndose en cada uno de nosotros. Es menester que sigamos la dinámica de Dios, y prediquemos el Evangelio por cualquier medio que Dios ponga a nuestro alcance.

El camino de la vida de servicio y de consagración es angosto, y el que quiera seguirlo hallará obstáculos y oposiciones. Cuando Saulo de Tarso inició su ministerio, sintió el rechazo de los judíos que planeaban matarlo, y de la propia Iglesia que no confiaba en él, ni creía en su salvación genuina. “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo”, Hechos 9:26.

La batalla de la fe no ha cambiado durante el transcurso de los siglos, sino que, por el contrario, se ha arreciado. Tenemos que batallar contra tres enemigos: el mundo, la carne y el maligno. La victoria sobre el mundo estriba en nuestra separación con él; la victoria sobre la carne en crucificarla y no manchar nuestro testimonio; la victoria sobre el enemigo de nuestras almas en llevar puesta la armadura que detiene sus dardos encendidos.

Satanás es un experto en hacernos ver nuestra entrega a Dios como algo inútil. Sin embargo, él no tiene parte ni suerte con nosotros, y Cristo aseveró que las puertas del infierno no prevalecerían contra la Iglesia. ¿Acaso no es éste un potente grito de guerra? Los gobiernos del mundo legalizan el pecado y el mundo intenta seducir al pueblo de Dios con sus sistemas, sus tentaciones y su vida barata… Más ¿tiene la Iglesia de Dios parte ni suerte con el mundo? ¿Debemos imitar al reino de este mundo para que nos acepte? ¡De ninguna manera! Hemos sido llamados para ponernos a luchar en el frente de batalla, no para retroceder ante el enemigo.

Los guerreros de Dios siempre son una minoría calificada. Los siete mil hombres que no doblaron sus rodillas ante Baal ni lo besaron tan sólo se abstuvieron de la idolatría, mas nunca pelearon abierta y públicamente contra ella por miedo a las represalias de la reina impía Jezabel (1 Reyes 19:18). Dado que los siete mil se escondían, y no testificaban de su fe en Jehová, su potencial inutilizado se reflejó en el ministerio de poder de Elías. Este profeta valiente y aguerrido no temió en enfrentarse solo contra el pueblo, los profetas de Baal y la misma Jezabel para defender el nombre de Dios.

Los siete mil eran un residuo fiel, pero ineficaz. Y así también hay gente en las congregaciones que son muy fieles, pero no son aguerridos y se comportan con pasividad. La falta de apoyo generó el desaliento en Elías, y el diablo tuvo un aliado dentro del campamento de Dios. ¿Será usted uno de esos siete mil fieles a Dios más ineficaces en lo que se refiere a su misión?

CONCLUSIÓN

Hermano, ¿puede Dios contar con usted? ¿Está usando su potencial para la gloria de Dios y el beneficio tanto del mundo como de la iglesia? Es hora de que nos pongamos a trabajar, y desenterremos el talento que hemos escondido bajo tierra. Si no lo hacemos, tendremos que oír la dura reprensión de nuestro Señor, diciéndonos:

“Siervo malo y negligente… Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”
 (Mateo 25:26-30.)

sábado, 28 de abril de 2012

Jugando a las Escondidas - Reflexcion

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades de los hombres en un lugar de la tierra cuando el Aburrimiento …(bostezo)…….. reclamo por tercera vez. La Locura, como siempre loca, les propuso:
¿Vamos a jugar a las escondidas?
La Intriga levanto la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse pregunto: escondidas ¿qué es eso?
Es un juego, explico las Locura, en el que cierro los ojos y comienzo a contar de uno a un millón mientras ustedes se esconden cuando yo termine de contar; el primero de ustedes que encuentre ocupara mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo danzó seguido de la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que termino de convencer a la Duda y también a la Apatía, que nunca se interesaba en nada.
Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para que? si al final todos la encontraban. La Soberbia opino que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le incomodaba era que la idea no había sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
- uno, dos, tres, cuatro – comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Prisa, que como siempre cayó detrás de la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió detrás de la sombra del Triunfo, que por propio esfuerzo había conseguido subir a la copa mas alta del árbol mas alto.
La Generosidad casi no consigue esconderse, por que cada lugar que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: si era un lago cristalino, ideal para la Belleza, si era la copa del árbol perfecto para la Timidez, si era el vuelo de una paloma. Lo mejor para la Voluntad, si era una ráfaga de viento, magnifico para la Libertad. Así terminó escondiéndose en un rayo del sol.
El Egoísmo, al contrario encontró un lugar bueno desde el principio,ventilado, cómodo, pero solo para el. La Mentira se escondió en el fondo del océano (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris). Y la Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido, no recordamos donde se escondió, pero eso no es lo mas importante.
Cuando la Locura estaba en el número 999.999 el AMOR todavía no había encontrado lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados, hasta que encontró un rosal y cariñosamente decidió esconderse entre sus flores.
-un millón. Contó la Locura y comenzó la búsqueda. La primera en aparecer fue la Prisa, apenas a tres pasos de una piedra. Después escuchó a la Fe discutir con Dios, sobre la zoología, en el cielo. Sintió vibrar a la Pasión y al Deseo en los volcanes. En un descuido, encontró a la Envidia y claro pudo deducir donde estaba el Triunfo.
Al Egoísmo no tuvo que buscarlo, el solo salió disparado de su escondite que en verdad era un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al aproximarse a un lago, descubrió a la Belleza. La Duda fue la mas fácil de encontrar pues estaba sentada sobre un cerro sin decidir donde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una cueva oscura, a la Mentira detrás del arco iris (mentira estaba fondo del océano) y hasta al Olvido a quien se le había olvidado que estaban jugando a las escondidas.
Pero. . . . el AMOR no aparecía en ningún lugar. La Locura lo busco detrás de cada árbol, debajo de cada roca del planeta y encima de las montañas. Cuando estaba a punto de darse por vencida; encontró un rosal. Tomo una horquilla y comenzó a mover sus ramas, cuando en el ultimo momento escuchó un grito doloroso. las espinas habían herido al AMOR en los ojos. La Locura no sabia que hacer para disculparse, lloró, rezó, imploró pidió perdón y hasta prometió ser su guía.
Desde entonces, ….desde que por primera vez se jugo a las escondidas en la tierra:
¡El AMOR es ciego y la Locura siempre lo acompaña!
Auto desconocido.
Bendito sea el SEÑOR tu Dios que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel; por el amor que el SEÑOR ha tenido siempre a Israel, te ha puesto por rey para hacer derecho y justicia.                 I Reyes 10:9
Se acordó del pacto que había hecho con ellosy por su gran amor les tuvo compasión. Salmo 106:45
Enséñame, Señor, tus decretos;¡la tierra está llena de tu gran amor! Salmo 119:64.


miércoles, 25 de abril de 2012

Despues Las Pruebas...

Dios hace que de todo lo malo surja algo muchísimo mejor de lo que antes existía para nosotros.
 
 
De situaciones extremas, dolorosas y traumáticas muchas veces termina saliendo algo bueno. Dios nos promete que de todas las dificultades, que por alguna causa tengamos que atravesar, él producirá una bendición. Si te pones a pensar en tu pasado, veras que de muchas cosas malas que viviste al final eso lo usó Dios y te llevo a algo que trajo gran bendición a tu vida, trajo profundos e importantes cambios en tu ser. Esto es porque de lo peor muchas veces Dios produce lo mejor, de un gran problema, una gran puerta se puede abrir que cambiara radicalmente el curso de tu vida. No que Dios nos manda sufrimientos sino que como dijo Jesús:
"En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo". Juan 16:33
Cuando estamos en las manos de Dios no importa lo malo que te pueda suceder, lo doloroso y traumático que estemos viviendo, al final para los que confían y esperan en Dios terminan experimentando algo que era necesario para nuevos niveles de gracia y éxito. Se que hoy probablemente estés atravesando algún contratiempo, dificultad o problema que trae angustia a tu alma, pero de eso malo saldrá algo bueno, al final te darás cuenta que ese problema fue la curva que produjo un cambio sobrenatural.
Goliat fue un gran problema para el pueblo de Israel, pero a su vez fue el puente para que la nación pudiera tener al mejor rey de toda su historia, del conflicto con Goliat surgió el gran rey David.
La muerte de Sansón al derribar las columnas del templo fue para que pudiera derribar más enemigos del pueblo de Dios que los que había derribado en toda su vida. Jueces 16:30

La supuesta tardanza de Jesús en ir a ver a Lázaro y no sanarlo produjo su muerte y esta a su vez, resulto en una resurrección espectacular que el Señor realizo. Juan 11:4
Dios hace que de todo lo malo surja algo muchísimo mejor de lo que antes existía para nosotros.


La tribulación de Job, sus sufrimientos y la pérdida de todos sus vienes desemboco en que no solo se le restaurara todo, sino que tubo mucho más de lo que tenia antes. “El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros” Job 42:12 y “Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años.
Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de una larga vida y murió en plena ancianidad”. Job 42:16-17 (NVI)

A todos nos toco vivir alguna clase de fracaso, de escasez o de falta de resultados deseados, pero Dios tiene la capacidad de encaminar todo eso y enderezar nuestros caminos torcidos y encaminarlo para bien. Se que a veces no se resulta nada fácil pero luego de la tormenta salera el sol imponente, luego de esas noches viene la mañana.
“Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría”. Salmos 30:5

No entendemos, no podemos encontrar explicación, pero si confiamos en la bondad, el perdón y la misericordia de Dios como nuestro padre sabremos que todo al final será para bien. Dios tiene una capacidad de hacer cosas que no podemos entender, sus pensamientos son más altos que los nuestros, pero aun así, sin importar la situación, sabremos que poniendo en él nuestra plena confianza no nos defraudará.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28

Esta palabra es para aquellos que estén pasando situaciones confusas, incomprensibles, esperas más largas de lo que tenían pensado. Me di cuenta que muchas veces se me demoraron cosas o puertas se me cerraron y luego de un tiempo pude comprender que simplemente Dios me libro, la fe en Dios es descansar que si entregamos nuestras vidas a él, ahora tenemos un rey que nos guía y nos protege. Dios no te abandonará, ¡No lo Hará! Simplemente esta haciendo que nuestra fe por medio de la paciencia y la esperanza se purifique al igual que nuestro corazón. Esta haciendo que entendamos que sin él nada podemos hacer, esta librando de que nuestro corazón se desvíe y nos esta guardando de la tentación.
Al final de la prueba de nuestra fe seremos fortalecidos, establecidos y formaremos el corazón y el carácter de Jesús. Nuestros mejores días aún no llegaron, conocer la gloria de Dios en mayor potencia esta aun por venir. Lo bueno que recibiste hasta ahora será solo la plataforma para cosas mayores y mejores. Dios te bendiga. (Si copias mensaje cita autor y web Esteban Correa Blog: www.Luminares.org)

La Flor de la HONESTIDAD

 
Cuenta una leyenda que por el año 250 A.C., vivía en China, un príncipe que estaba a punto de ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, antes de ser coronado, debía casarse.
Sabiendo esto, decidió hacer un concurso entre las muchachas de la corte para ver quién podía ser digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y les lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio, escuchó los comentarios sobre los preparativos y sintió tristeza porque sabía que su joven hija tenía un profundo amor por el príncipe. Cuando llegó a casa, le contó a su hija los planes del príncipe y ella sin dudarlo le dijo que también quería participar en la prueba.
La anciana no podía creerlo y le dijo: ¿Hija mía, qué vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura.
La hija respondió: No, te preocupes querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe y con esto ya me conformo. Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las jóvenes más bellas del lugar, vestidas con sus mejores ropas y con las más brillantes joyas.
Entonces, el príncipe anunció el desafío: Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será la escogida, se convertirá en mí esposa y futura emperatriz de China.
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: flores, costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en el arte de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y la semilla seguía como el primer día. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada ocurrió. Día tras día veía más lejos su sueño, sin embargo, su amor era cada día más profundo. Finalmente pasaron los seis meses y nada brotó de aquella semilla.
De todas maneras, la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordada, sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos. El día llegó, sus manos estaban vacías, mientras todas las otras pretendientes tenían una hermosa flor en sus manos. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado.
La bella joven de las manos vacías sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.
Entonces, con calma el príncipe lo explicó: Esta muchacha, es la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en mi esposa y emperatriz, porque todas las semillas que os entregué eran estériles.
“Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado. Practiquen todas las enseñanzas que les he dado, hagan todo lo que me vieron hacer y me oyeron decir, y Dios, que nos da su paz, estará con ustedes siempre”. Filipenses 4: 8/ 9

martes, 24 de abril de 2012

Dejando de mirar las manos de Dios para mirar su rostro






Nos hemos acostumbrado al cúmulo de bendiciones. Entonces nos cegamos, y apartamos la mirada del rostro de Dios, para fijarnos solamente en Su mano que bendice. Hoy en día, hay mucha gente que conoce al Señor solamente como alguien que da.
“También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de los jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo, y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.” Lucas 15:11-24.

Este pasaje de las Sagradas Escrituras se conoce como LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO, y nos da una enseñanza preciosa. Se trata de la historia de dos hermanos, y cómo el menor de estos decidió alejarse de su hogar y de su familia, para malgastar toda su herencia con sus amigos. Y asimismo, cuando una persona se aparta de Dios, entra en un éxtasis, en un túnel, en la oscuridad de las tinieblas, porque se aleja de Cristo, que es la luz del mundo. Por eso, desecha las bendiciones y los tesoros eternos de Dios, a cambio de los placeres vanos, costosos y efímeros.

Este joven lo perdió todo, no solamente quedó en la ruina sino que el país lejano donde vivía sufrió una hambruna, y tuvo que pedir trabajo a una hacienda. Para no morirse de hambre aceptó, pues, ejercer una ocupación que era abominable para los judíos: apacentar cerdos.

No obstante, con el transcurso de los meses y el aumento de la miseria, aquel hombre volvió en sí, y se acordó de la abundancia de la casa de su padre. Recordó aquellas manos que le habían entregado su herencia, y que lo habían bendecido tantas veces. Recordó que en la casa del padre, hasta los jornaleros tenían abundancia de pan. Recordó que su padre lo amaba y era misericordioso, y decidió volver.

Las Escrituras indican que su padre lo reconoció de lejos, y fue movido a misericordia, y corrió hacia, y se echó sobre su cuello, y le besó. De la misma manera, cuando uno de Sus hijos decide regresar a Su casa, el corazón de Dios, que rebosa de amor, se apiada de él.

Amado lector, si usted es el hijo pródigo de esta historia, ya es hora que vuelva en sí, que recapacite y regrese a la casa del Padre Celestial. Si un padre humano fue capaz de perdonar la traición y los errores de su hijo… ¿Cuánto más lo hará el Señor por usted? Él se encuentra con los ojos puestos en el camino, esperando que usted regrese a su casa. Cuando lo vea de lejos, Él correrá los últimos metros hacia usted, le abrazará y dará la orden a Sus ángeles, para que le vistan con los vestidos del heredero, y que le vuelvan a poner el sello que ha perdido.

El fallo inicial de aquel joven consistió en que puso sus ojos en los bienes, en las regalías, y en las bendiciones de su padre. La Palabra de Dios revela que: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). No obstante, en ciertas ocasiones, las bendiciones celestiales pueden volverse contraproducentes y tornarse en algo negativo, esto es, cuando nuestra vida espiritual está fundamentada y enfocada en las bendiciones que recibimos del cielo.

Cuando esto sucede, corremos el mismo peligro que el hijo pródigo. En efecto, nuestra vida espiritual empieza a patinar, porque nos hemos acostumbrado al cúmulo de bendiciones. Entonces nos cegamos, y apartamos la mirada del rostro de Dios, para fijarnos solamente en Su mano que bendice. Hoy en día, hay mucha gente que conoce al Señor solamente como alguien que da, y sus oraciones  consisten siempre en exigencias y solicitudes. Nunca oran por su familia, los hermanos, los pastores, y los que andan perdidos en este mundo sin salvación. Y estos son como el hijo pródigo, quien le dijo a su padre: “dame lo que me corresponde”.

Así, pues, como muchos de nosotros, aquel joven nunca vio claramente el rostro de su primogenitor, sino solo de sus manos. En otras palabras, nunca le dio importancia a la bondad de su padre, no gustó de su misericordia, ni tampoco supo apreciar la mirada de amor que reservaba a sus hijos. El hijo menor se centraba de forma exclusiva en los beneficios materiales que podía sustraerle a su padre en su calidad de heredero. Amados, si fijamos la mirada en las manos del Padre Celestial, quedarán opacados Sus demás atributos, y perderemos bendiciones quizá más profundas todavía.

En el momento cuando el padre vio a su hijo perdido venir de lejos, corrió hacia él porque sabía que la actitud de éste había cambiado. Aquel hombre sabía que el joven ya no podía exigirle dinero ni herencia, por cuanto se las había entregado. Si volvía a la casa del padre, era sin intereses personales, por cuanto ya no le esperaba nada allí, excepto el perdón y trabajar como cualquier jornalero para ganar su pan de cada día.

LA BENDICIÓN DE PONER LOS OJOS EN EL ROSTRO DEL PADRE

Aunque no le quedaba ningún beneficio económico por recibir, el hijo pródigo decidió acercarse de nuevo a la casa paternal para morar en el lugar de bendición. Decidió cambiar la mirada que le dedicaba a su padre, y verlo como los jornaleros que trabajaban en su hacienda.

Después de abrazarlo y perdonarlo, el padre dio órdenes con respecto a su hijo: 1) Que lo vistieran con las mejores ropas; 2) que le pusieran un anillo en su mano; 3) que lo calzaran; 4) que mataran al becerro engrosado; 5) que se celebrara el retorno. Como denotan estos actos, el padre devolvió a aquel joven todo lo que el mundo y su descarrío le habían arrebatado. Más allá de recibir de nuevo bienes terrenales pasajeros, importaba que fuera restaurado como hijo y heredero de la casa. Y también desde una perspectiva espiritual, aquel joven resucitó: “Este mi hijo muerto era, y ha revivido” (Lucas 15:24).

El reencuentro con Dios cambia la vida del ser humano. El padre pudo ver de lejos que su hijo volvía diferente; el mismo joven que se había mostrado arrogante, que exigió su herencia antes de tiempo, venía ahora cabizbajo, humillado, reconociendo que no merecía que su padre lo recibiera de nuevo en su casa. Aquel hijo era nuevo, y había desplazado su mirada de la mano de su padre para fijarla en su rostro bondadoso.

También el padre dijo que el muchacho se había perdido, pero que ahora había sido hallado (Lucas 15:24) Y es que cuando uno se va de la casa del padre, no importa dónde se meta ni a quién frecuente, está igualmente perdido. Mas cuando regresa, los cielos celebran su retorno con fiestas. Esto lo dijo el propio Señor Jesucristo: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento […] Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” (Lucas 15:7-10).

Jacob también fue un hombre que abandonó la casa de su padre a causa de sus errores. No obstante, en el vado de Jacob, aquel hombre tuvo un encuentro con Dios que transformó su vida para siempre; porque, por primera vez alzó sus ojos para ver el rostro del Padre: “Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (Génesis 32:30). Pero este encuentro con Dios tuvo consecuencias, y fue que Jacob nunca más volvió a caminar como solía. El varón que luchó con él le descoyuntó la cadera: “Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba […] Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera” (Génesis 32:25-31).

Cuando Jacob miró a Dios cara a cara, dejó de ver en Él únicamente la mano que suple. En efecto, en su huida de la casa de su padre, dijo: “Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.” (Génesis 28:20-21) ¡Qué diferencia con las palabras que expresó Jacob después de su encuentro con Dios! (“Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”). Aquel hombre dejó de ver la mano que le suplía, para poner sus ojos en el rostro de Dios.

Los efectos de mirar el rostro bondadoso de Dios fueron espirituales y eternos, como el apaciguamiento de la terrible angustia de su alma. Pero hay más. En el libro de Hebreos, leemos lo que sigue acerca de la muerte de Jacob. “Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.” (Hebreos 11:21).

Hasta el día en que expiró, el patriarca se apoyó, pues, en un bastón para poder caminar. Cuando miró a Dios cara a cara, no solamente cambió su forma de andar, sino que también empezó a usar un bordón para apoyar sus pasos. Ese bordón se convirtió en su compañero de ruta hasta el fin de sus días, y Jacob nunca pudo separarse de él. La vara de Jacob tipifica al Espíritu Santo, a ese paracleto que va a nuestro lado, que guía cada uno de nuestros pasos. Dicen las Escrituras: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda verdad” (Juan 16:13).

Más allá de conocer a Dios como la mano que nos bendice, es menester que alcemos los ojos y miremos Su rostro. No importa que en ese encuentro salgamos cojeando, porque saldremos apoyados en Aquel que guía al hombre a toda verdad y a toda justicia. El hijo pródigo, como también el sumo sacerdote Josué, fue revestido con vestiduras nuevas (Zacarías 3:3-5); le quitaron las vestiduras viles y sucias que llevaba, y le pusieron ropa de lino fino blanco. Definitivamente, aquel que tiene un encuentro con Dios, camina en novedad de vida.

A su regreso, el hijo pródigo no fue recibido como un jornalero, aunque lo merecía, sino que retomó la posición de hijo.

Amados lectores, Dios nunca ha cesado de ser bondadoso, y este es el día para que miremos Su rostro, y apartemos la mirada de las bendiciones y de las añadiduras. La bondad de Dios y Su infinito amor nos devolvieron la esperanza y nuestra posición de herederos del reino de los cielos. Para ello mandó a su Hijo para redimirnos de nuestra condición pecaminosa: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:4-7).

Cuando nació nuestro Señor Jesucristo, los ángeles testificaron acerca de Su bondad y benevolencia para con el hombre: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14). Muchas veces oímos este versículo deformado como sigue: “En la tierra paz para con los hombres de buena voluntad”. La buena voluntad fue de Dios, y no del hombre; porque nosotros no merecíamos nada de Su parte.

Sin embargo, la bondad de Dios nos otorgó el perdón de nuestros pecados, y nos dio redención, paz y gozo. El Señor nos vistió con las vestiduras limpias de la salvación, nos selló con su Espíritu Santo y nos dio el calzado del Evangelio de la paz.

Que apartando la mirada de la abundancia y de los obsequios, fijemos nuestros ojos en el rostro bondadoso de Dios. Que las bendiciones no opaquen Su rostro. Y si, como el hijo pródigo, usted se encuentra lejos de la casa del Padre, vuelva en sí y regrese a ella. Dios no le recibirá como un jornalero, sino como a un hijo, y ese reencuentro cambiará su vida para siempre. Dios le bendiga, y que Su paz, la cual sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:7). Amén.