Desde muy pequeño sufrió el abandono de su padre y el descuido de su madre, lo que provocó que fuese criado por sus abuelos paternos hasta cumplir los 9 años. A pesar de su dura infancia supo ser un alumno con buenas calificaciones en el colegio.
Bordeando los 12 años su padre retornó su padre por él y decidió llevárselo a un pueblo intrincado en la selva peruana. Pero nada mejoró, su madrastra lo maltrataba física y emocionalmente, a tal punto que lo obligó escapar de su nuevo hogar para ir en busca desu madre que se encontraba en Iquitos.
Luego de una serie de peripecias, Ronel logró ubicar a su progenitora, pero la situación económica de ella no era fácil, viéndose en la necesidad de conseguir un trabajo de lustrabotas. Al poco tiempo conoció a otro muchacho que realizaba el mismo oficio, este le invito a inhalar un potente pegamento conocido como “terokal”.
A los 18 años conoció a su actual esposa, Maritza, quien un año después quedó embarazada. La relación se fue deteriorando paulatinamente. Ella intentó quitarse la vida, inclusive frente a su pequeño hijo.
En medio de esa desesperación, un conocido le contó a Ronel sobre el impresionante amor de Dios.
Cierta noche, Maritza volvió a entrar en crisis, en medio de ese conflicto, Ronel se puso de rodillas y le pidió perdón a Dios, aceptándolo como su Señor y Salvador. El Todopoderoso hizo un milagro un su vida, y a las 5 meses su conyugue también se convirtió a Jesucristo.
Actualmente ambos saben que existe un Poder Divino que sí puede liberar de las drogas al ser humano para entregarle la verdadera felicidad.
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