lunes, 16 de enero de 2012

¿Sobre qué has fundado tu Casa?

¿Sobre qué has fundado tu Casa?

Rev. José Arturo Soto Benavides

Cuando se hace un gran edificio tiene que tomarse algunas precauciones, tiene que examinarse el suelo y el subsuelo, debe hacerse un estudio profundo de ese terreno. Así parecido es la vida espiritual.
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”,Mateo 7:24-29.

La casa va a necesitar siempre fundamentos donde estar afianzada. Cuando se hace un gran edificio tiene que tomar algunas precauciones, tiene que examinarse el suelo y el subsuelo, debe hacer un estudio profundo de ese terreno. Así parecido es la vida espiritual. Hay que hacer un examen sobre las grandes religiones en el mundo, sobre que terreno vamos a construir, por ejemplo: el budismo, el mahometismo, el judaísmo, el cristianismo, entre otros.

El Budismo. Muy practicado en la India y también en China.

El Mahometismo.Muy practicado por los árabes, que es un número proporcionalmente mayor que el cristianismo. El mahometismo es obligatorio en su país, allí nadie se convierte, allí la gente nace siendo musulmana, simplemente porque sí; muy distinto que el cristianismo, que es abierto y la gente en forma voluntaria (como siempre) decide buscar al Señor, creer en Jesucristo el salvador. Pero no hay duda que la religión musulmana es una de las más grandes religiones del mundo.

El Judaísmo.Una religión tal vez no tan grande y diseminada, más concentrada en la nación hebrea, pero es una importante religión; por cierto, la única como religión bíblica que existe, porque está detallada en la Biblia del Antiguo Testamento.

Todas estas religiones vistas así de esta manera, con sus ramas, con sus divisiones que la convierten ya en una muchedumbre, en una enorme cantidad de personas que pertenecen a esas distintas religiones y divisiones, ¿cuántas ramas de estas serán de Cristo? Esa es la pregunta que nos debe quedar en la mente.

El capítulo 7 de Mateo, es el capítulo del gran sermón del monte, que tiene su culminación con el pasaje que acabamos de leer, de los dos fundamentos del sabio y del necio; el sabio que fundó sobre roca y el necio que fundó en un terreno arenoso, y cada uno edificó su casa. Cuando la multitud terminó de oír al Señor, no hay duda que se estaría cuestionando si eran sabios o necios.

¿Sobre qué está fundamentada tu vida? Es un asunto muy importante, de allí depende dónde pasará la eternidad, de allí depende la salvación o la condenación, de allí depende la luz o la oscuridad, de allí depende la ruina o la bendición; de esto dependen muchas cosas que son esenciales. Podemos ver que el propósito de ambos constructores era el mismo, los dos querían construir, edificar una casa, es decir, un “abrigo” o una “protección”, el propósito era el mismo.

Por lo menos cuatro cosas, por lo menos cuatro corrientes hacen que la gente quiera buscar a Dios, y estas son: 1) Por la sabiduría que hay en la naturaleza, 2) la voz de la conciencia, 3) la predicción, y 4) el miedo a lo desconocido.

1) POR LA SABIDURÍA QUE HAY EN LA NATURALEZA

Cuando se observa todo lo que hay en la naturaleza, uno dice: ¿Quién creó esto? Según las historias más antiguas judías, eso es lo que le pasó a Abraham, cuando estaba en Ur de los caldeos, que era un pueblo adorador especialmente de los astros, de allí salieron los doce signos del zodíaco, dividiéndolo en las doce constelaciones que son precisamente los doce signos, ellos lo inventaron y todavía la gente lo lee en los periódicos, ¡eso no es de Dios! porque obedecer lo que dice un horóscopo es empezar el día encomendándose o dedicándose a Satanás.

Los caldeos adoraban el sol, la luna y las estrellas; de allí surgieron otras formas de adoración que usan las grandes religiones del mundo, entre ellos los musulmanes, que no se dan cuenta que están rindiendo culto a la luna. Las raíces del nombre Alá, vienen de los pueblos arameos que adoraban diosas, entre ellas la luna.

Cuando el hombre contempla la naturaleza tiene que ver la sabiduría de Dios, dice la Biblia: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20). “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmos 8:3-4). El que observa la naturaleza observa la sabiduría de Dios, hay gente que sólo observando ha buscado el camino de Dios, se ha detenido en la vida para decir: “Alguien tiene que haber puesto todo esto, yo lo voy a seguir, y yo lo voy a adorar”.

2) LA VOZ DE LA CONCIENCIA

¿Quién le dice al hombre que algo es imperfecto? Hay algo dentro de nosotros, sin haberlo leído, sin que nadie nos lo hayan enseñado, algo que nos hace entender si es bueno o es malo. Aquellos antiguos aborígenes que poblaban nuestras tierras de América nunca oyeron el Evangelio, pero sabían que matar era malo, sabían que robar era malo, ¿quién les enseñó esos principios que son bíblicos? Algo que está en el corazón del hombre que se llama “la conciencia”. La conciencia es capaz de quitarle la tranquilidad a alguien, aunque ese algo que haya hecho haya sido a favor de él, pero dentro de su corazón esa voz le dice: “¡Eres un ladrón, eres un corrupto, eres un mentiroso!”

Hay quienes han perdido la paz, el sueño, la tranquilidad, y hasta se han suicidado por causa de la voz de la conciencia. La conciencia es la voz de Dios, en el rincón del corazón del hombre tal vez no tan desarrollada como la misma Palabra revelada y la Palabra escrita, pero al fin una parte de la voluntad de Dios, en ese corazón de aquel que fue hecho a imagen y semejanza del Altísimo. Y estas cosas que convierten al hombre en una persona imperfecta, porque llega a darse cuenta como Pablo, que hay fuerzas que luchan contra él que no le permiten hacer el bien y ante esa disyuntiva ante esa encrucijada, mucha gente ha dicho: “¡Bueno, yo voy a buscar ayuda, yo sé que hay un poder que me puede ayudar a ser mejor!”

3) PREDICCIÓN

Es parte de nosotros, trata acerca de la inmortalidad y del más allá, es esa campanita de Dios que se nota aun en culturas antiguas y que hacían algunas cosas para expresarlas, ese sentir de que tenía que haber algo más allá, porque es que el hombre a veces pregunta:“¿Quién ha ido allá para decirme que de verdad hay algo?, ¿quién se ha muerto y ha regresado para decirme que hay en el más allá?”

Me han preguntado si alguien ha ido y ha vuelto al más allá, pues hay varios que han ido y han vuelto. El primero que fue y vino, y estuvo, fue y volvió a venir, y se fue otra vez, se llama Jesucristo. Y nosotros le creemos a Él.

Además de eso conozco a Pablo en la Biblia que fue y vino. Leemos: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”, 2 Corintios 12:2-4. Pablo fue al paraíso de Dios, donde oyó cosas inefables que al hombre no les ha dado repetir, fue y vino y dijo lo que había y lo que oyó allá, “palabras inefables”, que no se pueden decir, no se pueden narrar; y nosotros le creemos a Pablo.

Pero también le creo a Juan, la Biblia dice: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta” (Apocalipsis 1:10), y cuando el vuelve para mirar la voz como de trompeta allí mismo el cielo lo recibió, y estuvo no sé cuántos días caminando, yendo, viniendo, y oyendo las explicaciones del ángel escritas en el Apocalipsis, y es un hombre que fue y vino. De manera que hay testigos bíblicos y gente que vio a Jesús resucitado, y dieron testimonio de estas grandes verdades de lo que se llama el más allá.

4) EL MIEDO A LO DESCONOCIDO

Hay gente que por ese temor intuitivo también buscan a Dios. Ellos no saben lo que les puede ocurrir en la vida, no saben lo que les puede ocurrir ahora en el tiempo presente, y mucho menos en el tiempo futuro; entonces ante esta perspectiva muchos buscan edificar su casa de fe, muchos buscan dónde hacerla, lo importante aquí es cómo la estás edificando o dónde la estás edificando. Todos sabemos que el Espíritu de Dios es el que trabaja para que un alma venga a los pies de Cristo; es el Espíritu Santo que convence de pecado, de justicia y de juicio, y después de decirle al hombre que es pecador, le señala el calvario y le dice: “¡Allí es donde tienes que ir, allí es donde tienes que llegar para que la sangre del nuevo pacto te limpie y te haga libre de toda atadura!” El único que puede ayudarte es Jesucristo, con tu problema eterno.

La gente hace su casa, quiere hacer su habitación donde pueda guarecerse; el indio cree en buda y dice: “¡Allí estoy arena!” ¡Qué problema!, el árabe dice: “¡Mahoma, ese es el profeta!”, y hace su casa en ese fundamento. Problema para el catolicismo romano, problema para el protestantismo, eso es su casa, ante esa situación y ante estas inquietudes del espíritu. También hay gente que oyendo la Palabra de Dios tan clara, están edificando sobre arena, y ¡cuidado! Porque les gusta la edificación fácil, como ellos lo quieren, donde a ellos les gusta.

Muchos no tienen tiempo para detenerse e investigar cómo y dónde están los fundamentos, no es sólo buscar el lado fácil, hay que ser consciente del peligro. Cuando se va a construir hay que examinar el terreno, por ejemplo: un terreno arenoso no se debe usar para construir, porque sin duda alguna allí hay un manto freático, quiere decir un manto de agua donde hay arena, hay humedad, hay agua subterránea, si edificas allí no hay donde agarrar, realmente no se va a sostener, es un terreno inestable, además si metes allí un hierro la acción del elemento de la humedad va empezar a corroer, entonces no se debe construir en un terreno arenoso.

¿Sabe de dónde viene su religión? Sólo confía en algo que le han dicho, aquí no es lo mismo, aquí cada uno tiene una Biblia y hay librerías cristianas por dondequiera que cualquiera pueda investigar y leer buenos libros, hay buenos y hay malos. El que es engañado es porque quiere ser engañado, pero nosotros no vamos a basarnos en una tradición que trajo el tatarabuelo, ¡no! Aquí es lo que dice la Palabra de Dios. Allí está la Biblia y está abierta para todos; la Iglesia verdadera de Jesucristo nunca ha dicho que la Biblia no se puede leer, que no se puede escudriñar, al contrario el dueño de la Palabra ha dicho: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

Hubo un tiempo en que la circulación de la Biblia fue prohibida; muchas Biblias fueron destruidas en plazas, en el centro de las ciudades, imperios enteros se levantaron contra esta Palabra. Al diablo no le conviene que se sepa en qué fundamento uno está.

Si alguien me dice: ¡Ven y adora a este ángel que se me apareció ayer! Yo voy a ver qué me dice la Biblia de adorar ángeles, yo voy a ver qué me dice la Biblia sobre adoración y voy a encontrar desde el principio, en el libro de Éxodo, ¿qué dice? Leemos: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo 20: 3-5).

Voy a encontrar que toda la Biblia me dice que yo no puedo adorar un ángel y hay gente que ve una piedra donde aparece una imagen y al día siguiente le están prendiendo velas, llevándole flores, adorándole, y llevando gente, esto es un fundamento arenoso, que cuando escudriñas la Palabra se cae como un castillo de arena, no aguanta el mínimo, ¿sabes de dónde viene los dogmas que practicas? ¿Tiene fundamento bíblico? Porque la Biblia es la que nos dice a nosotros si un fundamento sirve o no, leemos: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:24); “pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena” (Mateo 7:26).

Amado, si estás desechando la Palabra, si ahora mismo estás diciendo: “¡Qué me dice ese pastor! Si por allá adoran una luz y por allá adoran a una virgen y por allá adoran no sé a qué santo, y ahora ¿a quién quieren otra vez poner como Santo Padre, para adorarlo y pedirle?, eso es una tradición que yo tengo desde la Santa Madre Iglesia…” Estás desechando y haciendo a un lado la Palabra, te estás colocando en el terreno de arena, y cuando venga el movimiento de Dios para juzgar, tu casa se va a caer y va ser grande tu ruina, dice la bendita Palabra: “Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás)” (Salmo 49:7). Nadie puede redimir tu vida, únicamente Jesucristo, ahora el diablo no quiere que uno se preocupe en encontrar la verdad.

¿No ha encontrado eso en su camino de evangelización? No ha encontrado personas que le dicen, por ejemplo: ¡Estoy demasiado ocupado, no tengo tiempo para eso! Es decir, descuidan el aspecto principal de la vida. A otros el diablo les convence y les dice: ¡Todo saldrá bien, no hay problema, vive tu vida, que después cuando mueras Dios te va a meter al cielo, de alguna manera vas a ir a parar al cielo, porque Dios no es tan malo para mandarte al infierno, sigue tu vida, no te preocupes, por eso no hay problema todo va salir bien!

A otros les dice el diablo: ¡No te preocupes que no habrá ningún juicio, eso es cuento de los pastores, esos locos que predican en los medios de televisión y radio, que andan predicando por todos los lugares, no creas en eso de juicios, no hay infierno, no hay lago de fuego, cuando despiertes allá te vas a dar cuenta! Pero va a ser tarde, son argumentos mediante los cuales el diablo trata de destruir ese principio, de que la persona quiera buscar a Dios de verdad, a otros les dice: ¡No es muy urgente! ¡Tú estás tan joven todavía, falta mucho tiempo, así que no tengas cuidado con eso!

¿Pero sabe qué es lo que dice la Biblia? El hombre entendido ve el peligro y se aparta, no le hagas caso al diablo, esto es más serio de lo que la gente piensa, usted sabe que son millones los que mueren todos los días. Sabe que hay millones de personas que hoy en la mañana se levantaron, hicieron lo de siempre, se arreglaron para salir y vivir un nuevo día, pero ahora mismo están metidos en una morgue; un accidente, una de esas enfermedades inusitadas que matan, nadie está seguro; Dios no ha hecho un contrato con alguien, para decirle: ¡Tienes hasta el 2045!

Si les dijera que es más rápido construir en un fundamento de arena, porque escarbar en la arena es lo más fácil del mundo, hay gente que hace un castillo entero en cuestión de un día. En la roca es distinto, porque allí hay que romper, hay que poner sacrifico, hay que esforzarse, hay que hacer fuerza, eso es lo que el Señor dijo cuando alguien le preguntó:“¿Son muchos los que se salvan? Jesús les dijo: ¡Esfuérzate a entrar tú, porque muchos no podrán!” No le habló de números, le habló de algo personal, a ti solo te dice: “¡Esfuérzate para entrar por la puerta estrecha, es la puerta que conduce al camino angosto es el camino!” Cualquiera quiere edificar fácilmente, pero eso no es el programa de Dios, el problema es que al final lo fácil se destruirá.

¿Cómo estamos edificando?, cuando vemos algunas características de un mal terreno, tenemos que pensarlo tres veces para construir, se examina para ver si hay arena, si hay agua, porque no van con un buen fundamento, pero aun en la construcción moderna se ve donde estamos edificando, ver por ejemplos vertientes de agua, hay que apartarse de allí porque si se mete a construir en la orilla de un río y alguien le dice: ¡No, si este río tiene veinte años que no se desborda, con una sola vez que se desborde se pierde todo! Hay que tener mucho cuidado.

Puede ser hace 20 años, pero ¿qué pasa ahí? En el año 21 le da por salirse y hay gente que construye en lugares peligrosos, puede haber hasta una inundación; ahora mismo se ve hasta la dirección del viento, hacia dónde sopla, para dónde acondicionar; en una construcción se ve hasta el curso del sol en el día, de manera tal que no afecte la buena estabilidad de una construcción, o la comodidad de la misma, se ven muchos factores y si un ingeniero ve esas cosas y las examina, ¿qué hace? Deciden construir en otro lugar porque allí no se puede edificar.

Cuando Pedro dio aquel testimonio precioso de su fe, aquella declaración de fe: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Jesús le dijo: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:16-17). Uno conoce a Cristo por revelación, el verdadero cristiano está siguiendo a Cristo por revelación del Espíritu de Dios. “Porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:17-18). No es cualquier fundamento estamos sobre la roca, aquel que ha entregado su vida a Cristo, porque el Padre se ha revelado, está aquí no por un instinto, está aquí no por una religión, sino porque ha tenido una gran revelación de Dios.

Cuando empezó el Señor a hablar su doctrina, su Palabra, y hablarles que esto no era un jueguito, que esto era una vida de obediencia y de entrega. “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Juan 6:66-69). Buda no tiene Palabra de vida eterna, ni Mahoma tiene Palabra de vida eterna, las religiones no tienen Palabra de vida eterna, el único que te puede asegurar vida eterna se llama Jesucristo.

¿Por qué sigue hoy a Jesús? Por sanidad, para prosperidad, para que el negocio le vaya bien, para que le vaya bien todo en la vida. Todo eso puede suceder en la vida cristiana, pero eso no es la razón fundamental hay que tener la casa en la roca. Y la Roca es Jesucristo.


Fuente: www.impactoevangelisto.net

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